El Komestikon o las magas de Oriente
BEGOÑA DEL TESO – Donostia, mayo 2020
Hubo una condesa enigmática, cruel y enloquecida que compitió en excelsa maldad con criaturas tan demoniacas como Vlad El Empalador y Gilles de Rais, perverso pero fiel lugarteniente de Juana de Arco. Refulgentes luminarias de la literatura tal que la gloriosa representante del surrealismo Valentine Penrose, nacida en Las Landas, y Alejandra Pizarnik, asombrosa poeta y soberbia traductora que se quitó la vida como la Woolf o la Plath, sucumbieron ante el encanto maléfico de Ersébet Bathory, la aristócrata húngara que, temerosa de perder la tersura de su piel, se bañaba en la sangre de decenas de doncellas que ella misma sacrificaba. Descubierta, fue emparedada en vida. Dicen que su espíritu aún vaga furtivo por los Cárpatos.
Pero no es de ella de quien voy a hablaros ni, a no ser que alguna tenga una querencia vampírica, recomendaros sangre humana para preservar la palidez luminosa de vuestro rostro. No, pues no estamos (aún) en la Semana de Terror.
Hablemos de alguien más grande que la Bathory. De una reina amada por césares y generales. Caudilla protectora de ejércitos victoriosos a la que las más grandes estrellas del Cinematógrafo (Claudette Colbert, Elizabeth Taylor, Angelina Jolie…) han interpretado. Hablemos de Cleopatra, la gran señora de Egipto, la última de la inmortal dinastía ptolomeica.
Fue diplomática, comandante naval, lingüista y escritora de tratados científicos. Galeno, médico y filósofo a la altura de Hipócrates, la respetó en la lejanía de los tiempos. Como lo haría siglos después en Bizancio Pablo de Egina. Viejas crónicas escritas en lenguas hoy muertas citan un libro perdido y, por tanto, deseado, reverenciado y buscado por cazadores de tesoros y por investigadores que si lo encontraran publicarían su hallazgo, orgullosos, en la portada de revistas como Science o Nature.
Cuentan que se llamaba Kosmetikon y contenía todos los secretos y verdades que la emperatriz del Nilo usó para ser bella hasta más allá de su muerte. Quizás escribiera en papiro, tablilla o pergamino sobre sus mascarillas de uva o miel. Sobre los tónicos de agua de rosas. Sobre el poder regulador del pH de la piel del vinagre de manzana, sobre los beneficios para la piel de la mixtura de la cera de abejas con el aloe y el aceite de almendras. Treinta aceites esenciales dicen que conocía y que su ‘rouge’ era una arcilla roja s drenada del Nilo y secada al sol. Hablaría, tal vez, en el Kosmetikon de sus baños en leche de burra, tradición de hermosura que ha resistido el paso de los siglos. La misma Popea, la esposa de Nerón, la más bella de las emperatrices romanas (también una de las más intrigantes e inquietantes), llevaba en su comitiva real 500 burras nodrizas para poder sumergirse en su leche. Es hidratante, es nutritiva, es proteica. Lo es… todo.
Que las mujeres de África y Oriente Medio son guardianas de los más grandes secretos de belleza, salud y bienestar es cosa bien sabida y envidiada. Basta por ejemplo con haber visto esa gozosa película titulada Caramel de Nadine Labaki donde las mujeres de Occidente contemplamos, celosas y expectantes, cómo las más hermosas chicas de Beirut y también las más pobres y también las más acosadas por todas las guerras que en El Líbano han sido, son y serán, se depilan con un método que a nosotras nos parece delicioso: con una mezcla caliente de azúcar, agua y zumo de limón. Y como pasa siempre que unas cuantas de nosotras se reúnen para cuidarse y mimarse, la alegría, la complicidad, el juego, las confidencias estallan en ese pequeño salón de belleza que todas deberíais visitar pues el filme está disponible a muy buen precio de alquiler en la plataforma Filmin.
Pero no son solo las egipcias y las libanesas. Amamos nosotras, y cuánto, a nuestras hermanas persas. Entre otras cosas porque conocemos a dos fascinantes. Cineastas ambas. Modernas ambas. Valientes ambas… Tanto Persépolis de Marjane Satrapi como Una chica vuelve a casa sola de noche de Ana Lily Amirpour se encuentran igualmente en alquiler en Filmin. Os recomiendo verlas mientras esperáis a que las mascarillas o el tinte hagan su efecto en vuestro rostro o cabello.
Cleopatra, Popea y la crema Paymani de Holi
Y porque amamos a esas dos chicas iraníes nos complace tener en las estanterías de Holi las cremas soñadas y creadas por otra descendiente del gran Dario, del gran Ciro, Mahnaz Paymani. Es bióloga, es científica. Marchó de su país cuando los barbados hombres de negro implantaron sus leyes oscurantistas. Se refugió en Suiza pero acabó en España y se asentó a orillas del Mediterráneo. Exactamente en el número 3 de la Avinguda Goleta de Alicante. Conoce Mahnaz las fórmulas magistrales de la vida, la belleza, la salud, la nutrición. Mezcla las almendras dulces con la zanahoria, la cera alba, la glicerina, la vitamina E y surge, se diría que de la nada pero en realidad es de la ciencia y la sabiduría femenina ancestral, una crema nutritiva, un contorno de ojos Natural Rich que tanto la Bathory como Cleopatra y Popea desearían no haber muerto para poder probarlos.
Magas de Oriente a nuestro lado, Viejas leyendas hechas realidad en este 2020. Leche de burra, agua de rosas de Damasco, sal de Persia, yodo de La Zurriola… Cuidaos. Ahora y siempre.
BEGOÑA DEL TESO – Donostia, Sábado, mayo 2020