Holi’s soul

Queremos compartir con vosotros nuestros artículos favoritos.

¿La biblioteca, por favor? Abajo a la derecha

BEGOÑA DEL TESO – Donostia, noviembre 2020
De Holi Boulevard y de Holi Easo los comunes mortales conocemos los escaparates, las estanterías llenas hasta el techo de producto rico, de producto sano, de producto orgánico . Conocemos las cámaras frigoríficas donde se conservan yogures, kéfires, kombuchas, embutidos veganos. Las sacas de pan, la bicicleta siempre florida aparcada en las afueras.

Conocemos a las diez chicas que nos atienden, aconsejan y aguantan. Pase lo que pase. Conocemos los cavas deliciosos, los dátiles orientales, los panes hechos en Lezo con harinas zamoranas. Alguno lleva cúrcuma y pimienta. Otros solo lo que tiene que llevar un pan: harina, sal y agua. Los hacen un chico de Egia y otro de Hondarribi. Claro que también llegan hogazas desde Zegama. Pan, pan, pan.

Conocemos los comunes mortales los mostradores y las diez chicas de Holi nos han enseñado a diferenciar el toque picante y pícaro de la infusión Choco de Yogi Tea, la que lleva cáscara de cacao, regaliz y canela, del otro picor, más ayurvédico tal vez, proporcionado por la infusión Chili dulce, tan profunda y cálidamente mexicana; esa que lleva regaliz, menta piperita, ortiga, canela, chile, cardamomo…

Los comunes mortales hemos aprendido a transitar entre el Boulevard y Easo para que alguien, imbuida en la ciencia y la magia de la aromaterapia, nos recuerde que el geranio fue una de las fragancias más utilizadas en las perfumerías del siglo XVIII por su gran afinidad al aroma de las rosas o que la ravintsara (antiséptica, antiviral, anti bacterias…) es originaria de Madagascar.

Los comunes mortales conocemos la web de Holi, el Facebook de Holi. Hasta a los amigos de Holi conocemos.

Pero siempre nos hemos preguntado cómo será el almacén de Holi, la rebotica de Holi, la recámara de Holi, la trastienda de Holi.

¿Cómo será la rebotica de Holi?

Saber sabemos que en Easo para llegar a esa zona misteriosa hay que descender por una escalera. Pero no por una escalera cualquiera. No. Por una escalera de caracol. Las escaleras de caracol (pueden ser de husillo, de las llamadas de San Gil, de las de centro hueco, de las dichas con alma…) siempre dan mucho juego en las historias de oscuras pasiones (recordad aquella película, The Spiral Staircase con Dorothy McGuire y Ethel Barrymore, recordad El nombre de la rosa…).

Es muy lógico que para aprehender los misterios de Holi haya que descender escalón tras escalón hasta, entre cajas, frascos y formulaciones magistrales, abrir una puerta y encontrarnos con… ¡Suzie Murphy Larrañaga! Tiene un par de licenciaturas, es bloguera, técnica en dietética y nutrición… pero además, además de otros muchos ademases, asume el cargo de bibliotecaria jefa de Holi. Porque en la rebotica de Easo, igual que una se relaja, descorcha un cava, estudia los últimos hallazgos de la aromaterapia o medita sentada en cojines rellenos de semillas impregnadas de aceites esenciales, se lee. Se lee mucho. Por placer y por estudio. Y Suzie lleva un control tremendo de quién cogió tal libro, cuándo y la fecha de devolución. Fecha estricta. Porque, para algunos títulos (en la zona subterránea de Easo se lee en euskara, francés, inglés y castellano…) hay lista de espera.

¿Libros? ¿Qué libros? Las mejores obras, las más contundentes y feroces de alguien como Alice Miller, aquella niña judía polaca perseguida por los nazis que se doctoró en Filosofía, Psicología y Pedagogía, analizó el maltrato infantil y escribió sobre las llaves a esa nuestra felicidad y libertad que hemos perdido. Escribió también sobre los saberes que nos fueron prohibidos. Tituló una de sus obras El cuerpo nunca miente y tan importante es que en YouTube lo encontraréis como audio libro.

Os hablarán las chicas de Holi de la gran Alice y también de Wayne Dyer que nació, pobre, en la ciudad del motor, la fascinante Detroit y murió, rico, sabio, polémico, en Hawai. Doctorado como Alice en Psicología, su Tus zonas erróneas (1976) es una de las piedras fundacionales del género que hoy se describe como ‘libros de autoayuda’ y disecciona (para ayudar a hacerlo pedazos) todo aquello que desde nuestro interior nos bloquea, nos paraliza.

Y luego están las obras de ella, de Lise Bourbeau. La gran señora canadiense es maravillosamente mandona. En la biblioteca de Holi tenemos su Les cinq blessures qui empêchent d’être soi-même pero tiene otro título en castellano muy significativo: Obedece a tu cuerpo ¡ámate! Que es algo que con mucho dolor, mucho esfuerzo y mucha pasión aprendió a hacer Olga Fernández Txasko.

Machacada por una madre y una pareja narcisistas, tiró para adelante con bravura. ¿Si escribió un libro? Claro. Y tiene canal de YouTube: Sobrevivir a una madre narcisista o cómo recuperarte de tus heridas infantiles y por fin desplegar tus alas.

Las diez chicas de Holi leen mucho en la rebotica, bajo la escalera de caracol. También sobre macrobiótica (Denontzako Makrobiotika, una maravilla editada por Txalaparta escrita por Egoitz Mendiolagarai Sarraoa). O sobre los huertos. Huertos urbanos y ecológicos. ¿Autor? ¿Quién sino el hortelano, agrónomo, señor de los bosques, plantador de semillas, conocedor de las fases de la luna que es Jakoba Errekondo?

Bajando la escalera. De caracol. A la derecha. ¿Pero estas chicas se pasan las horas estudiando? Ajá. Pero nunca de una manera reglada. Que también se aprende mucho leyendo, a la luz de una vela, los cuentos de Prem Rawat, un maestro de La India nombrado Embajador de la Paz por instituciones de los cinco continentes. ¿Su secreto? Uno tan sencillo como, a veces, difícil de asumir: Estar vivo es lo único que necesitas para ser feliz.

¿El título suyo más leído y tomado en préstamo en la trastienda subterránea de Easo (bajando por la escalera de caracol…)? Cuando el desierto florece.

¿Qué se cuenta en esos cuentos? Historias pequeñas que te hacen sonreír al punto del atardecer. Como la del cántaro que se sentía triste porque estaba agujereado…

¿Solo hay libros y cojines?

¿Y en esa biblioteca solo hay libros y cojines? No es poco pero las chicas, para leer aún más a gusto suelen encender una de esas maravillosas velas de Vila Hermanos, los maestros cereros de Albadia, Valencia. Son piezas casi únicas (aunque fabrican 50.000 a la semana). Se preparan con una mezcla inaudita y perfecta de soja, coco, manteca de carité y manteca de mango. Al punto de solidificación de entre 52 y 58 grados. La mecha es 100%100 algodón y los perfumes llegan de un lugar de leyenda, Grasse, en la Provenza.

Las chicas de Holi prenden una de esas candelas que, de tan naturales y esenciales, cuando las apagas y se enfrían puedes pasarte el resto por la piel porque la nutre y cuida.

Un libro, una vela y ¿una infusión acaso? Se acerca el invierno, elijamos otra de Yogi Tea, una novísima preparación de la colección Para los sentidos. Se llama Absoluto placer y contiene aceites esenciales refrescantes, efervescentes, sensuales: hierba limón, té verde, jengibre, regaliz, canela, menta piperita, diente de león, melisa, cáscara de limón…

¿La biblioteca-cuarto de estudio y salón de té, por favor? Por la escalera de caracol a la derecha.

BEGOÑA DEL TESO – Donostia, noviembre 2020